En Chile se trata de no clasificar a las lenguas como “muertas”, pues los procesos de revitalización siguen activos. Es así que en Chile existen varias lenguas que caen en la categoría de “lenguas sin gramática”, lenguas en las que pese a que no hay hablantes hay elementos desde los que se puede iniciar un proceso de reactivación de las lenguas, como es el caso de la lengua likan antay. Por otra parte, están las lenguas “en extrema vulnerabilidad”, que aún tienen unos pocos hablantes y que además tienen textos y registros audiovisuales, con lo que se espera llegar a una revitalización lingüístico-cultural, como es el caso de el kawaskar y el yagan. Finalmente, las lenguas “con hablantes nativos” son lenguas que están en peligro pero con hablantes vivos, con estas lenguas se busca llegar a un activismo lingüístico en ámbitos sociales y virtuales, así mismo se las quiere incluir en la educación primaria del país, a este grupo pertenecen lenguas como el aymara, el quechua, el mapazungun y el rapa nui.
Hoy por hoy existen movimientos que buscan la revitalización de las lenguas indígenas chilenas, haciéndose ver desde el norte hasta el sur del país. En todo Chile se apoya y se quiere generar conciencia sobre las lenguas ancestrales que un día nos pertenecieron.
